La Dra.Lidici
Santana, medico estética y especialista en medicina antienvejecimiento en
la Clínica Dra. Lidici Santana nos ofrece una clase magistral, que
demuestra cómo multiplicar y afianzar los buenos resultados de las terapias de
rejuvenecimiento facial, combinando diferentes tratamientos. En este caso, nos
plantea el abordaje del envejecimiento en pieles maduras, tanto de mujeres como
hombres, entre 35-65 años, que muestran señales del paso del tiempo, pero con
una buena calidad cutánea de base. La doctora propone una versión renovad del
lifting sin cirugía empleando las infiltraciones de hilos tensores como terapia
básica, para luego consolidar los resultados con otros tratamientos.
Revolución
entre hilos
El
empleo de hilos tensores ha supuesto un importante avance en terapias médica
antiedad. Se trata de unos filamentos compuestos de un material reabsorbible y
biocompatibe con una serie de indentaciones en su trayectoria,. Estas suturas
se insertan bajo la piel con una fina aguja, sin incisiones ni puntos,
aplicando previamente un poco de anestesia local. El tratamiento se realiza en
una única sesión que dura entre 30 y 60 minutos. El número de hilos implantados
varía en función de las condiciones de cada paciente, pero la cantidad mínima
suele ser de seis. Al introducir cada hilo, las
espículas quedan perfectamente
ancladas al tejido subcutáneo, generando un efecto de tensión, responsable de
hacer desaparecer las arrugas y corregir el descolgamiento. Este efecto es
evidente a los cinco días el tratamiento, y a él se suma otro progresivo: al
producirse el anclaje se desencadena una reacción fibrosa, que no solo evita
riesgo de que el hilo se desplace, sino que al ponerse en marcha el proceso de
cicatrización natural, se reactivan los fibroblastos, y con ello la producción
de colágeno y elastina.
Resultados Con los hilos tensores se corrige la flacidez en la
mejilla, la caída de la frente, las cejas y el cuello, las arrugas del labio
superior y se define la línea mandibular. El efecto lifting aumenta
progresivamente según pasan los meses, y el resultado no altera en ningún
momento la expresión natural del rostro. Cuando los hilos se reabsorben por
completo, pasados alrededor de un par de años, la producción natural de
colágeno que se ha generado perdura, aunque para mantener el estado óptimo de
la piel es preciso un mantenimiento, con cosméticos y tratamientos en cabina.
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